viernes, 5 de febrero de 2016

WEREABLE DEVICES




Uno de los aparatos que más éxito está teniendo últimamente 
son las Google Glass.
Lo más llamativo es su capacidad para recibir la información audio-visual directamente en nuestros sentidos, sin tener que mirar una pantalla o utilizar unos auriculares, así como poder disponer de las manos con total libertad. 
Esto nos abre un increíble abanico de posibilidades a la hora de poder recibir formación personalizada, en tiempo real y con aplicación práctica sobre lo que estamos visualizando.
 Otros wearables como las pulseras permitirían por ejemplo, 
 vigilar a los niños en salidas didácticas a un museo.
Ahora mismo uno de los mayores inconvenientes es el costo, aunque irá disminuyendo a medida que la tecnología se perfeccione.

Seguramente se podría producir un debate entre aquellos que defienden la educación tradicional
 y los que experimentan con las nuevas tecnologías.
 A favor parece claro que todo suma posibilidades.
 En contra, se dice que nos alejamos del conocimiento profundo en favor de lo superficial. 
Podríamos aprender a controlar todo tipo de dispositivos, pero no a comprender a fondo un texto complejo.
 Mi opinión es que el uso de la tecnología en educación debe ir acompañado por una buena asesoría del profesor. Es un recurso, no un fin en sí mismo.

Algunos docentes no podrán adaptarse a la metodología que está por llegar en el uso de los wearables,
 igual que pasó con la introducción de las TIC en los centros educativos, 
pero otros tendrán la oportunidad de llegar a más alumnos, de una forma más eficaz y con resultados personalizados.
 El profesor será ‘uno más’, indicará y ayudará pero el agente activo del aprendizaje será el alumno.

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